martes, 4 de noviembre de 2014

La centralidad del Juego en el Nivel Inicial

En el marco de la Cátedra Nacional Abierta de Juego, organizada por la Dirección de Educación Inicial del Ministerio de Educación de la Nación, el 2 de Septiembre de 2012 se llevó a cabo la 6ta Videoconferencia "La centralidad del juego como uno de los Pilares de la Didáctica de la Educación Inicial", en la cual tuvo participación la profesora Rosa Violante.

Rosa Violante comienza su conferencia agradeciendo por dejarla participar, y comentando sobre qué va a hablar. El tema central es el juego: la problemática de su temática, su valor en el Nivel Inicial, y el lugar que debe ocupar en la vida cotidiana de los Jardines, ya que “el juego constituye uno de los pilares de la didáctica del Nivel”.
 La profesora comenta que ella tomó aportes para reflexionar el lugar que debe ocupar el juego en las propuestas de enseñanza para los niños menores de 6 años. Dice que a ella le preocupa e interesa reflexionar, pensar y trabajar sobre la necesidad de ofrecer propuestas de “buena enseñanza” y que ello implica considerar la centralidad del juego cuando se piensa especialmente en los contenidos de enseñanza y las formas de enseñar a los niños pequeños.
Seguido a esa pequeña introducción, Rosa plantea una serie de interrogantes a responder a lo largo de la conferencia.
Luego, parte de la frase “Todo es juego y nada es juego”, tomada de Assoumou Koffy, para decir que esta afirmación parece contradictoria, pero expresa uno de los rasgos principales de las conductas lúdicas, que es la automotivación.
Cuando los autores de los que toma aportes y ella proponen diferenciar la actividad lúdica del conjunto de “acciones” del pequeño, identifican cuatro rasgos característicos que se presentan articulados entre sí y varían en cada juego particular:
a) La creación de contextos de significación compartida (intersubjetividad): el juego supone la creación de un espacio compartido entre maestra y pequeños y entre los niños entre sí. El “acuerdo” que se da entre los jugadores permite determinar si una acción es o no juego. Este acuerdo, que generalmente no es verbal, se realiza dentro de un marco que les permite a los jugadores distinguir entre “realidad y ficción/fantasía”, moverse en el terreno del “como sí”, aunque esto no lo hayan expresado verbalmente.
b) La construcción de un marco de representación-ficción: le da a las acciones que se realizan un sentido diferente al que estas mismas acciones tendrían si fueran ejecutadas en otro marco. Se involucra así la posibilidad de simular o aparentar que algo es lo que no es en un sentido amplio.
c) La presencia de un formato: Bruner plantea que los formatos son segmentos previsibles encadenados entre sí. El formato presenta según él, dos tipos diferentes de estructuras, una profunda que le da significado al juego y una superficial, que consiste en un conjunto de reglas de realización.
d) La automotivación: para jugar el niño tiene que querer hacerlo.
Luego, Violante hace un recorrido histórico sobre cómo aparece el juego en algunos textos sobre la Didáctica de la Educación Inicial de autores argentinos, que va desde los años 70 hasta la actualidad. Allí cuenta que cuando ella se formó como maestra jardinera, no había dudas acerca de incluir un periodo de juego-trabajo en cada jornada diaria, y juegos tradicionales, juegos con palabras, adivinanzas, retahílas, y trabalenguas. Luego, a partir de una publicación de Hilda Cañeque, en los años 80 se generó una polémica debido a que consideraba que el Juego-Trabajo era una actividad donde la direccionalidad externa ejercida a través de las propuestas, materiales y consignas dadas por el docente lo despojaba de la libertad característica de la actividad lúdica. A partir de esta crítica, dicha autora propuso el “jugar por jugar”, centrando la actividad en el respeto por la libertad del niño. A partir de allí, se puso en cuestión el lugar del juego para enseñar contenidos definidos por la docente y la presencia de direccionalidad externa ejercida en las situaciones de juego.
Llegados los 90, diversos autores argumentaban a favor del matrimonio entre juego y enseñanza, con planteos fuertes y claros a favor del derecho del niño de jugar y aprender contenidos. A su vez, se escribieron y llegaron a todos los jardines del país los Contenidos Básicos Comunes, los cuales explicitaban lo que había que enseñar en el Jardín de Infantes; los contenidos, estaban organizados por áreas disciplinares, especialmente en las salas de 5 años, las cuales comenzaron a tener un carácter obligatorio. Allí, el Juego no aparecía como un contenido de alto valor cultural a enseñar como aparece en la actualidad en los NAP (Núcleos de Aprendizaje Prioritarios), por lo que se sufrió un proceso de “primarización”.
La profesora termina el recorrido mencionando que actualmente el Juego Trabajo nuevamente volvió a ocupar un horario diario en las salas.
Luego hace mención a polémicas suscitadas acerca de si el juego debe constituirse en una oportunidad para enseñar y aprender en la escuela infantil o si sólo deben habilitarse permisos y espacios de juego para que estos estén presentes en la vida de los Jardines sin imprimir direccionalidad externa, propia y característica de toda enseñanza. Así, se produce una tensión entre juego y enseñanza, pero Rosa considera que estos conceptos pueden “matrimoniarse” en una relación de enriquecimiento mutuo y respeto recíproco hacia lo propio de cada uno, y que hay distintos modos de explicar cómo se vinculan, ya que ambos son ejes vertebradores de la propuesta educativa para el Nivel Inicial. Además, hay diferentes modos de intervención docente cuando se enseña a jugar, que se pueden construir de acuerdo a diferentes criterios:
a) Teniendo en cuenta las notas características del juego y en función de éstas provocar su aparición o puesta en escena.
b) Teniendo en cuenta los diferentes tipos de conocimientos y saberes que comprometen los distintos juegos.
c) Teniendo en cuenta el mayor o menor grado de direccionalidad externa que se propone en cada tipo de juego. (Andamiar hacia la conquista de mayor autonomía junto con el reconocimiento de los posibles buenos aprendizajes que promueven las actividades dirigidas).
Prosiguiendo con la conferencia, Rosa Violante hace mención de diferentes formas de juego:
Juego Dramático: está presente en todos los textos de didáctica de la Educación Inicial desde los años 70 y en los precursores como juegos de roles más dirigidos. Es una estructura didáctica que se caracteriza por: proponer una alternativa de juego al grupo en su totalidad o a un subgrupo como parte del juego en el rincón de dramatizaciones durante el período de Juego Trabajo; centrarse en el juego de roles protagonizado (el juego del “como si”); y proponer a los chicos la elección de diferentes roles, materiales, escenarios, etc. Para este momento, el docente debe crear junto con los niños el escenario, o bien armarlo anticipadamente, presentando diferentes materiales en cantidad suficiente, con diferente grado de estructuración, incentivar el inicio del juego y observar con atención los diferentes desarrollos que surjan para así enriquecer las siguientes propuestas de juego.
Juegos Tradicionales: buscan hacer presente su inclusión en la cotidianeidad del jardín. Recuperar estos espacios implica acceder a propuestas valiosas por sus formatos, por sus requisitos casi mínimos de condiciones físicas para desarrollarse y también confirmar una vez más su potencial lúdico y convocante, ya que ningún chico se resiste a participar. Los juegos tradicionales permiten además, que los niños compartan momentos con sus padres y abuelos. Mantienen viva la historia y cultura de los pueblos y se caracterizan por tener un formato claro, sencillo, y convocante, que invita a la repetición gustosa y alegre.
La recuperación de los juegos tradicionales se plantea como un gran desafío docente.
Juegos grupales: Se incluyen todos los juegos que para ser jugados necesitan saberes vinculados con las diferentes áreas del conocimiento, y pueden proponerse al grupo total, a un pequeño grupo, o bien ofrecer juegos que se jueguen individualmente. Pueden incluirse como juegos a ser elegidos por los niños durante el juego-trabajo, en el rincón de “Juegos Tranquilos”, donde se ofrecen según las edades juegos para ensartar, rompecabezas, el “tangram”, loterías, dominós, diversos juegos de mesa, etc.
Juegos de construcción: Constituyen una de las propuestas de juego que, según la autora, durante algunos períodos fueron olvidadas en las salas de jardín, y al mismo tiempo se las reconoce como clásicas propuestas de materiales para niños de todas las edades.
Es fundamental que en todas las salas de los Jardines de Infantes haya al menos un equipo de bloques de diversas formas y tamaños para explorar y realizar construcciones.
Existen tres variables dentro del juego de construcción: "qué construir" "con qué construir" y "cómo construir", y las mismas pueden tener diferente grado de direccionalidad externa por parte del docente, constituyendo actividades dirigidas, semidirigidas o abiertas.
Juego Trabajo: También se denomina Juego en Rincones o en Sectores, y es una maravillosa propuesta didáctica, característica de la Educación Inicial. Es una forma de organizar la enseñanza que debería ocupar un espacio del tiempo diario en las salas del Nivel Inicial y que, según la profesora Rosa Violante, se debe “reposicionar” en el centro de las actividades a desarrollar en las salas.
El juego trabajo es una estructura didáctica, un dispositivo que se caracteriza por la presentación de diferentes propuestas de actividades y/o alternativas de juego a desarrollarse en forma simultánea. En este sentido, su lógica organizativa básica es la “multitarea”. Las alternativas a elegir (propuestas y materiales) se establecen en función de contenidos de diferentes campos del conocimiento o de diferentes aspectos del desarrollo que se busca potenciar. También pueden ser enriquecidas por propuestas que comprometan los diferentes contenidos de las unidades didácticas y/o proyectos que se estén desarrollando en las salas.
Este tipo de juego posee diferentes momentos: inicio (donde se presentan los materiales y propuestas y los chicos deciden y organizan en qué sector jugar), desarrollo (momento en que los niños juegan), orden (se ordena y acomoda nuevamente la sala) y evaluación (se dialoga acerca de lo ocurrido en el desarrollo).
Por último, Rosa Violante menciona que los pilares de la Didáctica de la Educación inicial ofrecen orientaciones pedagógico-didácticas en relación con las diferentes variables reconocidas en toda situación de enseñanza: tiempo, espacio, protagonismo de los actores, contenidos, objetos y materiales, tamaño del grupo, etc., y por ello los diversos autores se plantean reflexiones y modos de participación docente en relación a los otros pilares, ya que todos contribuyen a caracterizar o definir de uno u otro modo las situaciones de “buena enseñanza” que se buscan proponer a los niños.

Personalmente, me pareció muy interesante la videoconferencia vista. Sin bien en algunas de las materias trabajé temas relacionados, los dichos de esta profesora dan un “pantallazo general”, y refrescan esos contenidos. Considero que el juego es una actividad fundamental del Nivel Inicial, y que a través de él se pueden lograr muchas cosas. Además, me parece que se deben dar momentos de Juego libre, como de juegos guiados, que lleven a la adquisición de diversos conocimientos.
Para finalizar la entrada de este blog, me gustaría compartir la siguiente frase:
El derecho al juego es parte del derecho a recibir educación desde que lo niños nacen”.

Espero que este resumen de la videoconferencia les transmita todo lo que me transmitió a mí, que les sea útil, y tengan toda la información en cuenta. Saludos!!!

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