lunes, 17 de noviembre de 2014

Noche de los museos



El día 15 de Noviembre de 2014 el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad presentó la undécima edición de “La Noche de los Museos”, que se realizó desde las 20 hs. hasta las 3 de la madrugada.
La Noche de los Museos es un clásico de la cultura porteña. En este evento, que la Dirección General de Museos organiza desde el 2004, los museos de Buenos Aires abren sus puertas durante una noche para que el público disfrute del arte y el patrimonio cultural en forma gratuita.
La Noche de los Museos celebró el genio de sus artistas en las figuras de Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Aníbal Troilo y Quino con actividades especiales para toda la familia. Desde conciertos al aire libre, donde se destaca la Zurich Gala del Bosque en el Planetario, a milongas en la calle, con las propuestas del recientemente inaugurado Centro Cultural Polo Bandoneón en Pompeya, una cita con las artes y la cultura donde los protagonistas fueron los visitantes.
Con la cifra record de 209 museos y espacios culturales participantes, en representación de las 15 comunas, dentro de las que se incorporaron 25 nuevas instituciones, esta es una fecha en el calendario cultural porteño que transforma las instituciones barriales en puntos de encuentro, con la invitación abierta todo el año.
El evento se desarrolló en 26 barrios de nuestra ciudad: Almagro, Balvanera, Barracas, Belgrano, Boedo, Caballito, Coghlan, Colegiales, Constitución, Chacarita, Flores, La Boca, La Paternal, Mataderos, Monserrat, Nueva Pompeya, Núñez, Palermo, Parque de los Patricios, Puerto Madero, Recoleta, Retiro, Saavedra, San Nicolás, San Telmo y Villa Luro.

Por mi parte, asistí junto con Emilia a las exposiciones realizadas en la UBA, tanto en la FADU como en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
En la FADU, había diferentes muestras; entrando por la puerta principal, se encontraban muchas mesas con maquetas de edificios, en diferentes escalas, y una imagen impresa de cómo serían en la realidad. Además, en cada mesa había un baldecito con pequeños ladrillitos de plástico, para que cada visitante pudiera armar lo que quisiera. Tanto niños como adultos se veían muy entusiasmados creando y exponiendo sus obras junto con las maquetas.
Luego, había diferentes mini-galerías con imágenes fotográficas de distintos sitios de la ciudad: edificios, calles, paisajes, etc., que bordeaban esculturas similares al obelisco.
En una de las salas, había una exposición referida a la Indumentaria, en la que había diferentes láminas, objetos y vestidos realizados con materiales variados. Incluso había algunas chicas que llevaban puestos sus vestidos.





En otra sala, se mostraban trabajos sobre diferentes proyecciones y efectos causados por los equipos; diversos colores, movimientos y efectos se podían ver y apreciar, en un espacio oscuro pero alegre. Al entrar, había una pantalla en la que se podía ver la imagen de uno mismo, pero algo distorsionada. También había maquetas en alusión a diferentes máquinas y herramientas utilizadas a lo largo de la historia de la proyección.

Por otro lado, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, había diferentes stands para visitar, en los cuales algunos requerían la participación de los visitantes; había diferentes juegos que ponían a prueba el intelecto, o en los que, sin importar la jugada de cada participante, nunca podían empatar sino que siempre había un ganador, había diferentes muestras referidas a plantas, animales, medio ambiente, maquetas, etc., con láminas, presentaciones y juegos, pero muchos aún estaban terminando de preparar todo.
Dentro de lo que recorrimos, en un stand nos hicieron oler unos frasquitos que tenían diferentes fragancias, y anotar en un papel el aroma que creíamos que tenía. Al terminar, la expositora nos contaba a qué fruta pertenecía el líquido en verdad, y hacía comparaciones con lo anotado. La mayoría de las respuestas, eran diferentes a lo que, supuestamente, en realidad era. Lo que ella nos comentó, es que muchas veces la gente se veía influida por el color que tenía el líquido, para determinar el aroma que olía (por ejemplo, si el líquido era naranja decían naranja, si era rojo manzana, etc.). Luego nos comentó que los colorantes de los líquidos son los que generalmente se utilizan en las comidas, pero que ellos los utilizan de acuerdo a la “lógica” humana. Allí mismo, tenían una zanahoria, una remolacha y un brócoli de los cuales extraían su ph y se formaba un líquido de color. La chica nos contó que esos colorantes variaban dependiendo diferentes situaciones, y que por eso se utilizaban colorantes artificiales. Por último, nos contó que dependiendo del ph de cada alimento, cambiaba su color, oscureciéndose o aclarándose (hizo la prueba con té), y que si, por ejemplo, a media manzana se la humedecía con limón, no se oxidaba como ocurre normalmente.


Además, había una maqueta de una cámara fotográfica en la que se podía ver por dentro cómo funcionaban antiguamente. La chica que estaba allí, nos contó que a través de los rayos solares la imagen fotografiada se proyectaba en la filmina, pero invertida, y que de esa manera los pintores hacían los retratos.
Por otro lado, en un stand había recipientes con cangrejos, separados por machos y hembras, en el que nos contaron las diferencias de ambos sexos (el tamaño de sus pinzas, unas líneas en sus abdómenes); luego nos contaron acerca del período de gestación de los mismos, y la diferencia con otra especie de cangrejos.

También nos contaron que ellos los utilizan para ver el efecto que causan los herbicidas en ellos, para luego trasladarlo a los humanos. En resumen, llegaron a la conclusión de que es muy malo para la salud, y que incluso llega a terminar con vidas, ya que en algunos sectores utilizan este producto sin protección alguna, y sin conciencia o capacidad de entender los daños que el mismo causa.

Por mi parte, me pareció interesante asistir a estas muestras ya que considero valioso cada trabajo realizado por los estudiantes de la Facultad, y creo que merecen poder mostrarlo y compartirlo con el resto de la población; yo no sólo pude apreciar su dedicación y sus obras, sino que conocí Ciudad Universitaria, a donde nunca había ido.
En otras ocasiones ya había podido participar de este evento, pero este año no pude ir a otros Museos debido a que se me complicaron los horarios. Realmente creo que es una oportunidad que hay que aprovechar, visitando lugares a los que quizás uno no va habitualmente, o a los que no tiene acceso por diferentes motivos, y que es muy interesante e importante conocer o ampliar el Patrimonio Cultural personal.

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