El
día 15 de Noviembre de 2014 el Ministerio
de Cultura del Gobierno de la Ciudad presentó la undécima edición de “La Noche de los Museos”, que se realizó desde las 20 hs.
hasta las 3 de la madrugada.
La Noche de los Museos es un
clásico de la cultura porteña. En este evento, que la Dirección General de
Museos organiza desde el 2004, los museos de Buenos Aires abren sus puertas
durante una noche para que el público disfrute del arte y el patrimonio
cultural en forma gratuita.
La Noche de
los Museos celebró el genio de sus artistas en las figuras de Julio Cortázar,
Adolfo Bioy Casares, Aníbal Troilo y Quino con actividades especiales para toda
la familia. Desde conciertos al aire libre, donde se destaca la Zurich Gala del
Bosque en el Planetario, a milongas en la calle, con las propuestas del
recientemente inaugurado Centro Cultural Polo Bandoneón en Pompeya, una cita
con las artes y la cultura donde los protagonistas fueron los visitantes.
Con la cifra
record de 209 museos y espacios
culturales participantes, en representación de las 15 comunas, dentro de
las que se incorporaron 25 nuevas
instituciones, esta es una fecha en el calendario cultural porteño que
transforma las instituciones barriales en puntos de encuentro, con la
invitación abierta todo el año.
El evento se
desarrolló en 26 barrios de nuestra
ciudad: Almagro, Balvanera, Barracas, Belgrano, Boedo, Caballito,
Coghlan, Colegiales, Constitución, Chacarita, Flores, La Boca, La Paternal,
Mataderos, Monserrat, Nueva Pompeya, Núñez, Palermo, Parque de los Patricios,
Puerto Madero, Recoleta, Retiro, Saavedra, San Nicolás, San Telmo y Villa Luro.
Por
mi parte, asistí junto con Emilia a las exposiciones realizadas en la UBA,
tanto en la FADU como en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
En
la FADU, había diferentes muestras; entrando por la puerta principal, se
encontraban muchas mesas con maquetas de edificios, en diferentes escalas, y
una imagen impresa de cómo serían en la realidad. Además, en cada mesa había un
baldecito con pequeños ladrillitos de plástico, para que cada visitante pudiera
armar lo que quisiera. Tanto niños como adultos se veían muy entusiasmados
creando y exponiendo sus obras junto con las maquetas.
Luego,
había diferentes mini-galerías con imágenes fotográficas de distintos sitios de
la ciudad: edificios, calles, paisajes, etc., que bordeaban esculturas
similares al obelisco.
En
una de las salas, había una exposición referida a la Indumentaria, en la que
había diferentes láminas, objetos y vestidos realizados con materiales
variados. Incluso había algunas chicas que llevaban puestos sus vestidos.
En
otra sala, se mostraban trabajos sobre diferentes proyecciones y efectos
causados por los equipos; diversos colores, movimientos y efectos se podían ver
y apreciar, en un espacio oscuro pero alegre. Al entrar, había una pantalla en
la que se podía ver la imagen de uno mismo, pero algo distorsionada. También
había maquetas en alusión a diferentes máquinas y herramientas utilizadas a lo
largo de la historia de la proyección.
Por
otro lado, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, había diferentes
stands para visitar, en los cuales algunos requerían la participación de los
visitantes; había diferentes juegos que ponían a prueba el intelecto, o en los
que, sin importar la jugada de cada participante, nunca podían empatar sino que
siempre había un ganador, había diferentes muestras referidas a plantas,
animales, medio ambiente, maquetas, etc., con láminas, presentaciones y juegos,
pero muchos aún estaban terminando de preparar todo.
Dentro
de lo que recorrimos, en un stand nos hicieron oler unos frasquitos que tenían diferentes
fragancias, y anotar en un papel el aroma que creíamos que tenía. Al terminar,
la expositora nos contaba a qué fruta pertenecía el líquido en verdad, y hacía
comparaciones con lo anotado. La mayoría de las respuestas, eran diferentes a
lo que, supuestamente, en realidad era. Lo que ella nos comentó, es que muchas
veces la gente se veía influida por el color que tenía el líquido, para
determinar el aroma que olía (por ejemplo, si el líquido era naranja decían
naranja, si era rojo manzana, etc.). Luego nos comentó que los colorantes de
los líquidos son los que generalmente se utilizan en las comidas, pero que
ellos los utilizan de acuerdo a la “lógica” humana. Allí mismo, tenían una
zanahoria, una remolacha y un brócoli de los cuales extraían su ph y se formaba
un líquido de color. La chica nos contó que esos colorantes variaban
dependiendo diferentes situaciones, y que por eso se utilizaban colorantes
artificiales. Por último, nos contó que dependiendo del ph de cada alimento,
cambiaba su color, oscureciéndose o aclarándose (hizo la prueba con té), y que
si, por ejemplo, a media manzana se la humedecía con limón, no se oxidaba como
ocurre normalmente.
Además,
había una maqueta de una cámara fotográfica en la que se podía ver por dentro
cómo funcionaban antiguamente. La chica que estaba allí, nos contó que a través
de los rayos solares la imagen fotografiada se proyectaba en la filmina, pero
invertida, y que de esa manera los pintores hacían los retratos.
Por
otro lado, en un stand había recipientes con cangrejos, separados por machos y
hembras, en el que nos contaron las diferencias de ambos sexos (el tamaño de
sus pinzas, unas líneas en sus abdómenes); luego nos contaron acerca del
período de gestación de los mismos, y la diferencia con otra especie de
cangrejos.
También nos contaron que ellos los utilizan para ver el efecto que
causan los herbicidas en ellos, para luego trasladarlo a los humanos. En resumen,
llegaron a la conclusión de que es muy malo para la salud, y que incluso llega
a terminar con vidas, ya que en algunos sectores utilizan este producto sin protección
alguna, y sin conciencia o capacidad de entender los daños que el mismo causa.
Por
mi parte, me pareció interesante asistir a estas muestras ya que considero
valioso cada trabajo realizado por los estudiantes de la Facultad, y creo que
merecen poder mostrarlo y compartirlo con el resto de la población; yo no sólo
pude apreciar su dedicación y sus obras, sino que conocí Ciudad Universitaria, a
donde nunca había ido.
En
otras ocasiones ya había podido participar de este evento, pero este año no
pude ir a otros Museos debido a que se me complicaron los horarios. Realmente creo
que es una oportunidad que hay que aprovechar, visitando lugares a los que
quizás uno no va habitualmente, o a los que no tiene acceso por diferentes
motivos, y que es muy interesante e importante conocer o ampliar el Patrimonio
Cultural personal.